El Parque de la Alameda de Capuchinos de Jaén (1577) se quiso inscribir en 2011 como Bien de Interés Cultural (BIC) Jardín Histórico, siendo finalmente su figura de protección la de Bien de Catalogación General (BCG), bastante menos restrictiva que la de BIC. Aún así, se encuentra inscrito dentro del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (concebido como instrumento fundamental para la tutela y conocimiento de los bienes en él inscritos), por lo que se halla protegido debido a su interés histórico, artístico, etnológico y patrimonial.
Estos meses estamos fuera de Jaén, y a través de las redes sociales nos ha llegado esta imagen (realizada por Miguel Quesada Cabrera) :
Según esta noticia publicada hace tan sólo una semana, se afirmaba que “la importancia del discurso del agua será la seña de identidad de este parque, donde se generará un espacio para el uso y disfrute de los jiennenses. Se respetará toda la masa arbórea y se intervendrá únicamente en lo que se ha dado permiso por parte de la Consejería de Cultura”. Cumplámoslo.
No estamos en Jaén para afirmar cómo está llevándose a cabo la obra de rehabilitación del Parque, ni si los árboles que están sufriendo las consecuencias de la misma son centenarios o no. Pero ante la preocupación ciudadana de hoy, no queríamos dejar pasar la oportunidad de solicitar sensibilidad y respeto hacia este Bien. Ya no sólo porque deba ser protegido, conservado y puesto en valor según la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz 14/2007 (Artículo 2 […] compuesto por todos los bienes de la cultura, materiales e inmateriales, en cuanto se encuentren en Andalucía y revelen un interés artístico, histórico, arqueológico, etnológico, documental, bibliográfico, científico o industrial para la Comunidad Autónoma, incluidas las particularidades lingüísticas) y según la propia Ley de Patrimonio Histórico Español 16/1985. Sino porque forma parte del imaginario colectivo jiennense desde el siglo XVI, parte de nuestra identidad y de la historia de esta ciudad.