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Archivo de la etiqueta: Juan Domingo Santos

A lo largo de estos últimos años, debido a la disconformidad ciudadana y al uso cada vez más generalizado de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, han surgido varios mapas que quieren mostrar el abandono y el desuso de ciertos inmuebles de reciente construcción, así como el despilfarro de dinero público por toda la geografía española. Muchos de estos mapas nacen de iniciativas sociales o políticas, y se realizan de manera individual o de forma colaborativa a través de diversas aplicaciones; como el que se está realizando para la ciudad de Jaén titulado “Jaén en ruinas”.

Todos están elaborados por ciudadanos que opinan sobre el urbanismo y la arquitectura de estos últimos años en España; sobre su producción, su calidad y su idoneidad urbana y social. Porque la arquitectura, pese a la endogamia que encierra nuestra disciplina (como tantas otras), se vive y se utiliza a diario. Y es este uso, su permanente exposición pública y su clara influencia en la gestión de las ciudades, lo que debería impulsarla a dialogar con el resto de profesiones, para hacerla llegar a la ciudadanía ahora que la comunicación es más fluida, más horizontal y menos jerarquizada.

Del análisis de uno estos mapas me surge la duda de cómo vemos las obras de transformación urbana los arquitectos y cómo las percibe el resto de la ciudadanía. En definitiva, cómo nos ve el resto de la sociedad. Y es que, en dicho mapa aparecen elementos (edificios, esculturas, etc) que la mayoría de arquitectos no hubiera incluido en una lista de horrores urbanísticos y que no se sabe muy bien a qué criterio responden.

Al igual que en otras disciplinas, es cierto que llegado determinado punto del debate son necesarios conocimientos más profundos y estudios específicos del tema a tratar. Pero no hay que olvidar lo mencionado anteriormente, que la arquitectura se utiliza a diario, forma parte de nuestra vida, de la cotidianidad de nuestro día a día, individual (casa) y colectiva (recorridos, trabajo, ocio, paisaje urbano, memoria común,…). Todo el mundo tiene claro cómo sería su vivienda ideal, cómo habitarla según sus necesidades; y a otra escala, algo parecido pasa también con los equipamientos públicos (tanto funcional como emocionalmente). Para abrir las miradas hacia una arquitectura que se inserte en las ciudades con un lenguaje contemporáneo, sigue siendo necesario que exista una comunicación más clara y directa con los ciudadanos.

Actualmente, en la ciudad de Granada se debate acerca de la idoneidad del nuevo acceso a la Alhambra: el proyecto Puerta Nueva de Álvaro Siza y Juan Domingo Santos. Y para acercar el proyecto a la ciudadanía, hace unos días se inauguraba en el Museo del Palacio de Carlos V una exposición sobre el mismo: ‘Visiones de la Alhambra/Álvaro Siza’. Así se promueve un debate necesario (en un momento ideal por el punto en el que se encuentra) porque es un proyecto de ciudad, que afecta a Granada y a los granadinos, y que debido a su emplazamiento sobrepasa sus fronteras.

En éste, como en muchos otros proyectos, vale la pena detenerse. Comprobar las necesidades que a día de hoy posee el monumento y cómo las cubre la intervención propuesta por Siza y Santos. No quedarse sólo en formas, volúmenes y apariencias, porque la arquitectura parte de un programa (deseos y necesidades) que se elabora, se modifica y se ejecuta hasta el detalle. Una arquitectura que suele estar llena de relaciones invisibles que juegan con los recorridos, que dialogan con el entorno, que incluyen preexistencias y referencias que se enhebran con un lenguaje contemporáneo hasta articular el conjunto del proyecto. Y esto a veces se hace con una genialidad tal que llega a resultar incluso mágico, y es por esta sensación descubierta, que deberíamos ser capaces de contarla.

Maqueta del proyecto Puerta Nueva

* Mientras se redactaba este post, también ha surgido un reto: realizar un mapa colaborativo mostrando la buena arquitectura. Te animo a participar. Pincha aquí.

María Toro Martínez [Estudio Atope]

 
**ARTÍCULO ORIGINAL PUBLICADO POR LA CIUDAD VIVA**
 

Esta semana se inaugura en el Museo del Palacio de Carlos V la exposición ‘Visiones de la Alhambra/Álvaro Siza‘ (del 9 de febrero al 19 de abril de 2015), para acercar el proyecto Puerta Nueva a la ciudadanía (también conocido como Atrio de la Alhambra). Un proyecto que comenzará en 2016 y que constituirá el nuevo pabellón de acceso al conjunto nazarí. Esta muestra cuenta con casi medio centenar de piezas, entre las que se incluyen numerosos bocetos realizados para el proyecto por el ganador del premio Pritzker en 1992; además de presentar maquetas, dibujos ejecutivos y representaciones en 3D.

Mientras, en las redes existe un debate acerca de la idoneidad del proyecto, e incluso hay abierta una recogida de firmas ciudadanas para su paralización por considerar que «causará un gran impacto perturbador al monumento, serán necesarios grandes movimientos de tierra y el resultado será un secanal y una arquitectura moderna que se intentará cubrir con trepadoras».

Antes de hacer afirmaciones de este calibre, nos gustaría que se conociera bien este proyecto, así que os invitamos a visitar la exposición y os dejamos varios enlaces para que juzguéis vosotros mismos, y podáis entender el uso del edificio, sus recorridos, su diálogo con el entorno y cómo acoge las preexistencias incorporándolas a un lenguaje contemporáneo: en CYANMAG y en PLATAFORMA ARQUITECTURA. También se puede encontrar una petición que apoya dicho proyecto y pide el respaldo ciudadano.

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Maqueta de la intervención (se señala el nuevo acceso de entrada) Vista girada de Google Maps con el actual acceso.

«La estructura arquitectónica de la Alhambra es el resultado de superponer una geometría regular sobre un territorio de acusada topografía. En el inicio la de los Palacios Árabes, ortogonal y doméstica, configurada por una secuencia de patios cerrados comunicados entre si, y más tarde la del palacio de Carlos V, una maravillosa construcción en torno a un patio rotondo dispuesto sobre la estructura urbana islámica. Tanto una arquitectura como otra representan la ocupación de un territorio mediante la implantación de una geometría de llenos y vacíos.

Se pretende ordenar accesos y servicios complementarios de calidad, abiertos a un gran número de visitantes para los que la Alhambra es un mito y el deseo de visitarla universal. La Nueva Puerta de la Alhambra deberá encuadrarse en un delicado equilibrio entre Naturaleza y Arquitectura que el Tiempo no ha comprometido aún.

La propuesta toma como referencia las plataformas ajardinadas del Generalife, una secuencia de planos agrícolas escalonados sobre las topografías que rodean el espacio exterior del monumento. La arquitectura del Atrio surge por tanto como una sucesión de plataformas con patios de sombra y agua a distintos niveles que descienden progresivamente hasta la Plaza de la Alhambra, un espacio de transición previo al recinto monumental, libre de construcciones, a fin de permitir la visión de la Torre del Agua, la Puerta de los Siete Suelos y las murallas del recinto.

La idea de puerta de acceso o entrada al monumento incorpora preexistencias del lugar. Y aparece por tanto vinculada a la construcción de un jardín elevado, una plataforma mirador sobre las murallas y torres de la Alhambra cubierta por una pérgola de yedra y parra virgen. Bajo este nivel se sitúa el gran hall del Atrio, un amplio vestíbulo soterrado a la cota de la Plaza de la Alhambra, construido entorno a la luz y a un patio de agua (impluvium) que recuerda otros patios de la Alhambra como el de la Alberca o Arrayanes. Este vestíbulo se organiza con entradas de luz natural, siguiendo la tradición árabe que permite obtener diferentes atmósferas a partir de la gradación de la luz».

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