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Archivo de la etiqueta: Gestión Urbana

Jan Gehl establece una serie de emociones en las personas en función del mapa urbano en el que nos adentremos. Según este urbanista social, la importancia de la escena urbana a nivel del ojo es capaz de atraer o disuadir a los peatones, siendo la base de esta teoría «las fachadas en planta baja, las cuales proporcionan un vínculo importante entre edificios y personas».

Este artículo afirma que el diseño urbano de nuestras ciudades «no siempre presenta un sentido coherente desde una perspectiva social», ya que existen espacios (que según Michel de Certeau son lugares practicados donde son los caminantes los que transforman en espacio la calle geométricamente definida como lugar por el urbanismo) habitados por la gente debido a sus características urbanas, espaciales, sociales, medioambientales, etc, que hacen del paseo a pie una acción agradable y apetecible, y otros espacios que por el contrario, ahuyentan a cualquier peatón que se plantee transitarlos.

El urbanismo aburrido no hace más que confirmar esta teoría, describiendo «una serie de indicios que demuestran la existencia de esa idea dentro de la cartografía urbana de las ciudades y que presenta una relación estrecha en el diseño de fachadas y sus viales […] Jan Gehl observó que la gente camina más rápidamente frente a las fachadas en blanco; en comparación con una fachada abierta, con diferentes colores o relieves». Una ciudad, sus barrios y calles, han de ser pensados (o re-pensados) desde una óptica multidisciplinar que abarque diferentes materias y que consiga un trabajo colaborativo que nazca del diálogo entre todas ellas; ya que el técnico urbanista como tal, no puede tener conocimiento de todas las piezas que conforman el puzzle de cada una de nuestras urbes. Se ha de tener en cuenta el contexto, a sus habitantes y a sus usuarios, a las reglas de juego con las que cuenta cada barrio acercándonos a la escala local, a lo cercano, a lo vivencial, a lo cotidiano. Experimentando con nuevas herramientas urbanas que, tanto especialistas como la sociedad de a pie, podamos aportar para mejorar nuestra calidad de vida.

2016.02 Urbanismo Aburrido

 

Os dejamos la parte del relato de Gloria Serrano que nos ha encantado por narrar el inicio de un proceso urbano participativo. Un proceso que podría ser el que se está dando en cualquier barrio de cualquier ciudad a esta misma hora, o a otra hora distinta…

Sucedió así: se reunieron en determinado centro cultural y, después de tratar los temas generales, formaron dos grupos en los que comenzaron a dialogar de los asuntos que a todos importan. En cada conjunto, alguno de los asistentes tomaba nota de lo que se decía y, otro más, iba dando turno a las participaciones. Primero hablaron del “qué” y cada uno, con elocuencia, fue externando su opinión sobre aquellas necesidades apremiantes que perciben en su barrio, en el lugar donde habitan, al que pertenecen, por el que transitan a diario y conocen bien. La conversación giró en torno a diversos temas, entre ellos urbanismo, movilidad y cuidado del medio ambiente. El prototipo de ciudad que determinará, por citar un caso, el uso que se dará en los años por venir a los espacios públicos, es algo que les preocupa. Por eso acudieron puntuales a esta cita, en sábado; es decir, en fin de semana, cuando por lo general no se piensa sino que se descansa.

Hablaron de contar con un marco jurídico que brinde soporte a la participación ciudadana, de repensar la economía de la localidad y de crear herramientas de defensa colectiva. Dijeron que la retroalimentación es importante para no sentirse solos en el proceso de repensar la vida en común. Dijeron que en ciertos barrios se vive precariamente, que en otros predomina la población de adultos mayores y que en otros más, ya existen grupos de trabajo analizando cuál es la mejor forma de gestionar los bienes comunes. Dijeron que es imperante contar con auténtica representatividad en el municipio, que se debe dar cabida a las expresiones artísticas y culturales de los jóvenes y que habría que quitarle el mote de “comercial” a la cultura. Dijeron, además, que planeación urbana significa anticiparse, ver más allá de lo que está sucediendo en el momento, y que el desarrollo urbano comienza en el epicentro, donde adquiere su máxima intensidad: el barrio.

Mencionaron que un municipalismo democrático implica visibilizar las acciones de los moradores, incluir a los ahora excluidos y documentar cómo se producen los cambios para propiciar que después surjan nuevas iniciativas. También se refirieron a conceptos como “autogestión y cogestión de espacios sociales” y “descentralización de servicios”, y manifestaron que ante el “vocerío mediático”, instrumentar un sistema de comunicación interbarrial es indispensable para lograr la cohesión social. Sin proponerse teorizar, cada uno construyó un relato desde su propia y más cotidiana experiencia. “Es nuestra obligación, es nuestra responsabilidad”, dijo uno de ellos. “Busquemos la forma de que los cambios implementados permanezcan”, propuso otro. “Se trata de empoderar a los habitantes de cada distrito”, comentaron y reconocieron que esta metrópoli no es homogénea, que hay un desequilibrio entre el norte y el sur, y que el suyo, es un ecosistema citadino que contiene otros tantos que en sí mismos constituyen pequeños y vibrantes núcleos urbanos.

“En los barrios aún se reproduce la vida de los pueblos. En el nuestro todavía decimos “voy a la ciudad”, aunque vivimos dentro de ella”, compartió entre risas uno de los vecinos. Cierta persona apeló a no olvidar la urgencia social, que en este momento es de orden económico, y otra, propuso generar espacios de reflexión para abordar las problemáticas específicas de cada barrio. “Falta empuje por parte de la ciudadanía. Hay personas que proponen, pero no dan seguimiento a la propuesta”, indicó alguien más.

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#desayunoLAGARTO

#desayunoLAGARTO #Jaén

El origen de este post nace de estudiar el desarrollo de las ciudades españolas en los últimos años, y como consecuencia, de estudiar la práctica urbanística y las maneras de hacer ciudad. También surge de los cambios que demandan tanto la ciudadanía como algunos técnicos implicados en las tareas de la organización urbana, a raíz de la crisis socio-económica.
Nuestras urbes se han visto absorbidas por un mercado regido por la construcción de nuevas periferias y la creación de nuevos hitos arquitectónicos que generen ciudades marca. Por lo tanto, podemos decir que los planes urbanísticos desarrollados hasta ahora en el territorio español, han partido de:

  • El urbanismo de proyectos, abanderado por equipos de gobierno que buscaban dejar su impronta en la ciudad a través de productos urbanísticos y arquitectos estrella.
  • El urbanismo de lo construido, basado en la especulación inmobiliaria, donde la ciudad se presenta como un catálogo de espacios rentables a la venta.
  • El urbanismo funcionalista, que zonifica la ciudad, limitando el uso del espacio público y queriendo controlar su uso, “obviando lo lúdico, la vida caótica y desordenada (que también es vida)” (Borja & Muxí, 2000).

El cambio de mentalidad y de perspectiva que está resurgiendo con respecto a las transformaciones urbanas que afectan a nuestro entorno, hace que aparezca una diferencia palpable entre las acciones planificar y gestionar:

1. Según la RAE (Real Academia de la Lengua Española):
PLANIFICACIÓN: Plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un objetivo determinado, tal como el desarrollo armónico de una ciudad, el desarrollo económico, la investigación científica, el funcionamiento de una industria, etc.
GESTIÓN: 1. tr. Llevar adelante una iniciativa o un proyecto. 2. tr. Ocuparse de la administración, organización y funcionamiento de una empresa, actividad económica u organismo. 3. tr. Manejar o conducir una situación problemática.

2. Hasta el momento, existen planes específicos para abarcar diferentes escalas urbanas desde las escalas más territoriales (Plan de Ordenación Territorial), urbanas (Plan General de Ordenación Urbana) y locales (Plan Parcial y Plan de Detalle); pero no existen herramientas de gestión urbana que consideren la ciudad como un todo en el que deben intervenir diferentes disciplinas a la hora de abordar un proyecto urbano, así como tampoco existen prácticas de participación ciudadana que incorporen conceptos como la innovación social, la microplanificación, la negociación, la cohesión vecinal, el asociacionismo, la co-gestión y la co-responsabilidad.

3. La gestión, como nueva metodología de intervención, aporta la inclusión de la ciudadanía en la toma de decisiones sumando así la dimensión sociopolítica en cuanto a la organización de la ciudad, y adecuándose a las demandas de la población: equidad, eficiencia, productividad, sustentabilidad, competitividad, microplanificación, participación ciudadana, etc.

4. Como afirman Carbonetti y Sagredo (2003), “es posible sostener actualmente que las acciones de gestionar y gobernar comienzan a asociarse cada vez con mayor fuerza no sólo por el protagonismo que detentan los representantes políticos de unidades administrativas a nivel municipal”, sino también por constituir la gestión urbana “la fase más real y participativa que como proceso político tiene lugar en la ciudad”.

5. A diferencia de la planificación, la gestión ha de verse “conjunto de dinámicas con un carácter eminentemente sociopolítico que intenta asignar coherencia, racionalidad, creatividad y conducción a las distintas medidas de políticas públicas que tendrán como escenario objetivo inmediato el nivel territorial local, o más específicamente, la ciudad” (Maximiliano Carbonetti & Sagredo Cáceres, 2003).

6. En muchas ocasiones, la planificación va unida al urbanismo tradicional, que considera la ciudad como un proyecto empresarial (Maximiliano Carbonetti & Sagredo Cáceres, 2003) “que premia el ocio consumista y limita el espacio público” (Rivas, 2015), aun siendo éste el ámbito físico de la expresión colectiva y de la diversidad social y cultural. Esta forma de hacer ciudad, eliminaba cualquier posibilidad de manifestación y expresión colectiva, borrando las cualidades que caracterizan dichos espacios: propiciar el encuentro, lo imprevisto, favorecer la diversidad, la cohesión ciudadana y las relaciones urbanas. Como resultado, se obtenían ”ciudades sin pasión, planificadas y proyectadas al margen de sus usuarios y habitantes, de sus manifestaciones, actividades, rituales, identidad y memoria colectivas” (Delgado, 2007).

7. Así se pasa de una planificación racional, a la cual le era complicado abordar la complejidad urbana, y se recupera el concepto de ciudad como un todo resultante de la suma de piezas diferentes provenientes de todas las disciplinas, y que por lo tanto, es necesario gestionar desde una visión holística.

“El urbanismo no debe pretender resolver los problemas de la sociedad, pero al menos, no debería empeorarlos” (Borja & Muxí, 2000).

>> LEER PARTE II

Catedral de Jaén vista desde un solar abandonado del Conjunto Histórico

Catedral de Jaén vista desde un solar abandonado del Conjunto Histórico

** Publicación original en COLECTIVO’99 **

Partiendo de un ejercicio que comenzamos hace dos semanas en la asignatura DESARROLLO DE LA CIUDAD de LGC, este mapa servirá para situar geográficamente todos los ejemplos hallados en clase sobre regeneración de espacios urbanas mediante la participación ciudadana, la innovación social, el empoderamiento ciudadano y la apropiación en la ciudad de Bogotá. Se revisarán cada uno de estos conceptos, su significado y relevancia. Y se escogerá uno de estos ejemplos para realizar las visitas y apoyo necesarios, así como un trabajo de investigación sobre el mismo.

INSTRUCCIONES

>> 1 >> Acceder a google maps (a veces solicita iniciar sesión desde gmail -arriba a la derecha-).

>> 2 >> Acceder a «Abrir un mapa» y, posteriormente, a «#Bogotá urbana y participativa» (NO crear un mapa nuevo).

>> 3 >> Editar el mapa (ver vídeo sobre como colocar un marcador con su información en el mapa) y situar en el mapa los ejemplos mediante los marcadores de google. Agregar una breve descripción (definir agentes intervinientes en el proyecto, describir proceso participativo y/o colaborativo) y una imagen.

>> 4 >> Incluir el nombre del alumno que realiza el mapeo tanto en en Google Maps, como en la parte de comentarios de este mismo post.

ACCESO A MAPA COLABORATIVO #Bogotá urbana y participativa

Fuentes consultadas:
>> http://www.emol.com/noticias/tecnologia/2013/03/28/590791/google-lanza-nueva-herramienta-para-crear-mapas-de-forma-colaborativa.html
>> http://campus.ort.edu.ar/articulo/584234/creacion-del-mapa-colaborativo

Las I Jornadas “Pensar la Ciudad en La Térmica” (Málaga, Diciembre 2014), se centrarán en tres herramientas que se consideran fundamentales en la actualidad para la gestión y la regeneración urbana: participación ciudadana, ‪creatividad y nuevas tecnologías.

Estas jornadas (organizadas por Malakatón propuestas urbanas para el peatón) estarán dedicadas a buscar nuevas herramientas para la transformación de nuestras ciudades desde propuestas cercanas a la ciudadanía. A través de experiencias concretas y reales de participación ciudadana, y analizando las posibilidades de las nuevas tecnologías en la regeneración urbana, este encuentro pretende ser una fuente de recursos para administraciones públicas, técnicos, profesionales, asociaciones y ciudadanos implicados en la mejora de su ciudad. Tanto ponentes como organizadores se caracterizan por ser profesionales que funcionan de manera colaborativa y horizontal, trabajando con diferentes disciplinas y colectivos en el proceso de hacer ciudad, a la vez que aprenden y se nutren los unos de los otros. Y así trabajamos nosotros, tanto en el desarrollo de nuestras investigaciones sobre regeneración de conjuntos históricos en España y Latinoamérica, como en el desarrollo de nuestra labor diaria: teniendo presente la importancia del espacio público para los ciudadanos, implicando a estos en intervenciones y acciones urbanas que les hagan sentirse parte de sus ciudades, apropiándose de ellas para respetarlas y protegerlas, dando a conocer a pie de calle el patrimonio material e inmaterial para generar sentimientos de identidad y pertenencia que les animen a reivindicar su derecho a participar en las transformaciones urbanas y a ejercer su responsabilidad ciudadana con su patrimonio y sus espacios públicos.

En “Pensar la ciudad” se quiere profundizar en las nuevas maneras de hacer ciudad a través de experiencias reales de procesos de participación ciudadana en los que la implicación de múltiples agentes –administraciones, técnicos y ciudadanos- ha obtenido resultados satisfactorios. Hablaremos de los aciertos y desaciertos, de las dificultades y las recompensas, en un proceso de iap (Investigación Acción Participación), que para nosotros es un aprendizaje continuo. Y dentro de ese papel fundamental que juega la participación, se hará especial hincapié en la importancia de la creatividad como motor generador de propuestas y de las nuevas tecnologías como herramienta que ha de integrarse en los nuevos procesos de regeneración urbana.

Por todo ello, estas jornadas se organizan bajo el nombre “Pensar la Ciudad”, centrándose en las nuevas estrategias para el desarrollo urbano a través de diferentes herramientas de regeneración del espacio público, y donde la participación ciudadana será el eje principal. Las jornadas constan de dos partes:

– por un lado, unas charlas donde se expondrán experiencias reales (con objeto de hacer una valoración a través de casos concretos)

– y por otro lado, una zona taller práctica en la que queremos profundizar en el desarrollo REAL de un proceso de participación ciudadana, pudiendo testar y llevar a la práctica algunas de las ideas y metodologías analizadas en el desarrollo de las charlas; un laboratorio de ideas que nos permita llevar a la práctica y experimentar con nuevas fórmulas, o fórmulas ya conocidas pero desde nuevos enfoques metodológicos. Se apostará por proponer soluciones para el espacio público que no necesiten de grandes inversiones por parte de la administración sino una mayor implicación de todos los agentes que componen la ciudad. El taller es un workshop donde se propone una situación real de la ciudad sobre la que lanzar ideas y estrategias de actuación para un posterior desarrollo de proyecto colaborativo de regeneración urbana. Todo ello enmarcado siempre en la filosofía propositiva y de colaboración, fomentando el proceso creativo y buscando una intervención en el espacio público que resulte eficaz, atractiva y que minimice los recursos a emplear.

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>> + iNFO aquí

Hace un mes asistimos como ponentes al seminario “Protección y gestión del Paisaje Urbano Histórico”. Un encuentro organizado por la comisión ‘Patrimonio y Ciudad’ del Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad, destinado a técnicos y responsables de diferentes administraciones (local, autonómica y estatal) así como a estudiantes, profesionales e investigadores de áreas como urbanismo, arquitectura, arqueología, historia, arte, geografía, sociología, etc. Nuestra ponencia versaba sobre la realidad o la ficción de la participación ciudadana como estrategia urbana dentro de los nuevos modelos de gestión de nuestras ciudades. Rodeados en esta ocasión, por técnicos y funcionarios, nuestro entusiasmo por los pequeños logros ciudadanos que estábamos llevando a cabo en Jaén en espacios públicos y solares abandonados del conjunto histórico, se vio tanto alentado como criticado.

Una vez terminado el seminario, comenzamos a analizar los comentarios recibidos, que podemos resumir en:

>> La participación ciudadana es peligrosa y se utiliza como moneda de cambio: quiénes son los ciudadanos buenos y quiénes son los malos.

>>Sois demasiado jóvenes, optimistas y utópicos. Los modelos de autogestión propuestos, así como las acciones urbanas participativas son complicadas de introducir en los modelos actuales de desarrollo urbano.

>>Es imposible que participe todo el mundo.

>>Los asistentes no tenían conocimiento de movimientos ciudadanos que están intentando modificar las formas tradicionales del urbanismo y la arquitectura (es más, pensaban que nuestras acciones eran casi exclusivas).

Hemos estado ya en varios congresos, encuentros y seminarios sobre reciclaje urbano y también sobre la protección, conservación y desarrollo del patrimonio. Todos con el objetivo de querer reunir a los distintos agentes mencionados anteriormente: tanto los que trabajan en procesos top-down (administración) como los que están trabajando en estrategias basadas en el bottom-up (colectivos ciudadanos). Y en todos ellos hemos encontrado un punto débil: no hay interacción. Es decir, a los encuentros organizados por colectivos implicados en empoderamiento ciudadano e innovación social, asisten personas con los mismos intereses; y a los organizados por instituciones y/o administraciones, acuden técnicos y funcionarios.

Pocas veces hay diversidad de público en estos encuentros. Y no por falta de interés de los organizadores, o porque no tengamos el mismo objetivo (hacer ciudad), sino que se debe más bien a que las administraciones nos ven como enemigos (y además, enemigos no rentables) y los colectivos vemos a la administración, a sus técnicos y funcionarios, como una barrera infranqueable y conservacionista.

Desde nuestra pequeña experiencia en los proyectos de participación ciudadana #rEAvivaJaén y #PROYECTOrEAcciona para la dinamización de espacios públicos y la regeneración de solares abandonados, hemos tenido tanto acogida como rechazo, trabajando con técnicos que apostaban por el cambio y con otros que nos miraban incrédulos ante nuestras propuestas. Y a día de hoy, podemos afirmar que trabajar con la administración es un proceso lento que requiere de grandes dosis de paciencia por ambas partes. Fue en el seminario de Cuenca donde nos decidimos a seguir esforzándonos y confiando en la energía vecinal del conjunto histórico que se ha unido para defender y mejorar el patrimonio de la ciudad. Y todo gracias a una pregunta que nos lanzó una concejala: ‘¿creéis que el ayuntamiento debería seguir esforzándose por un barrio en el cual cada vez hay menos gente?’. Sí, lo creemos (es más, seguramente su situación actual parta de estos interrogantes). Y seguiremos luchando por mejorar este conjunto histórico entre todos, aun sin cristales en las farolas.

Es más, nos sentimos confiados en el proceso de cambio gracias a la reunión esta semana de #MadridLaboratorioUrbano en Media Lab Prado, un encuentro donde se reunieron colectivos, arquitectos, funcionarios del ayuntamiento de Madrid y especialistas en derecho local, urbanismo, derecho asociativo y seguros y responsabilidad civil. La problemática de los colectivos era similar: cómo negociar con las administraciones sin representar un peligro, cómo optar a la cesión de un espacio público, un solar o una infraestructura para realizar actividades en beneficio de la ciudadanía y cómo prolongar estas cesiones en el tiempo. Y para la administración surgía la duda de quién tiene la responsabilidad de esos espacios una vez cedidos, y el por qué renovar la cesión a un colectivo y no a otro.

Por lo tanto, está claro que algo debe cambiar en ambas direcciones, ya que entretejer nuestras experiencias y conocimientos puede mejorar nuestras ciudades. Y el logro no estará totalmente realizado si no se empieza una escucha activa desde arriba y desde abajo. Debemos dejar de vernos como enemigos y empezar a mirarnos como oportunidades, como colaboradores, ya que trabajamos por un objetivo común: mejorar nuestros barrios y devolver la calle al ciudadano (aunque esto último ya de por sí puede representar una amenaza). Nuestros lenguajes son diferentes aunque hablemos del mismo tema, y es por esto que surge la falta de entendimiento.

Reflexionando sobre estas jornadas, podemos concluir que:

>> debería existir una figura jurídica representativa para colectivos que deseen autogestionar determinados espacios en la ciudad, y con la que la administración pueda negociar.

>> se empieza a trabajar con el concepto de custodia urbana, un término empleado en suelo agrario, y que trasladado a la ciudad consistiría en facilitar la participación de la ciudadanía para la conservación de un espacio para su utilización realizando acciones de interés social y general.

>> se ha de reconocer el valor social de actividades promovidas por la ciudadanía.

Entre todos los ciudadanos que trabajamos de forma distinta (y en esto radica la riqueza de nuevas experiencias), podemos explorar formas de convivencia distintas y construir nuevas formas de hacer ciudad.

 

María Toro Martínez [Estudio Atope]

 
**ARTÍCULO ORIGINAL PUBLICADO EN LA CIUDAD VIVA**
 

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