Una vivienda adaptada a dos personas mayores con movilidad reducida.
Este apartamento constituyó todo un reto a nivel proyectual y emocional: una pareja de 70 años dejaba la casa en la que, tiempo atrás, depositaron todos sus sueños y esperanzas. Se mudaban a una zona más accesible y además querían un hogar más flexible, más cómodo y donde cupiera su extensa familia (un día especial y un día cualquiera) y todas sus pertenencias. En la idea de proyecto estuvieron presentes su forma de vivir, sus costumbres y sus expectativas con respecto a los nuevos espacios:
Pasaban mucho tiempo en la cocina y el salón y además tenían una familia muy amplia, por lo que este espacio se pensó como un espacio unido, aunque con estancias independientes que le daba la versatilidad que necesitaban. Se redujeron las estancias y se generó un espacio central que sería el espacio de las infinitas funciones (despacho, zona de fitness, zona de juegos,…), que además daría acceso a las dos habitaciones proyectadas (una de ellas adaptadas, junto al baño anexo).
El revestimiento de madera será el que guíe los itinerarios a través de la vivienda y dé calidez en zonas específicas. Al mismo tiempo, será el que oculte el almacenamiento y reduzca los espacios de exposición (como estanterías y baldas) a la mínima expresión para poder así optimizar los tiempos de limpieza.