PASAJE GUTIÉRREZ |
ÉPOCA: Siglo XIX
ARQUITECTO: J. Ortiz de Urbina
El Pasaje Gutiérrez es una galería comercial cubierta situado entre las calles Fray Luis de León y Castelar. Este tipo de galerías surgen en París como consecuencia de la revolución industrial del siglo XIX. Fueron concebidos como pasadizos que servían de comunicación entre calles concurridas y destinados a ampliar espacio para el comercio.
En España el Pasaje Gutiérrez junto con el Pasaje de Gabriel Lodares de Albacete, son los únicos ejemplos que quedan de este tipo de galerías.
Se construyó a instancias de Gutiérrez, rico capitalista que encarga el proyecto a J. Ortiz de Urbina, que traza los planos. El proyecto tomó como modelo las galerías comerciales que ya habían aparecido en Francia, Italia y Alemania. Es un ejemplo de la arquitectura beaux-artiana en la que se combinan los órdenes clásicos con las nuevas tecnologías de entonces como, eran la cubierta de hierro y teja de vidrio y la iluminación a gas que se observa en los brazos de los globos de luz, que son originales.
Las puertas de ingreso son de rejería y llevan la inscripción de las fechas de su construcción y del nombre de la galería: 1885-86 Pasaje Gutiérrez.
Se construye a dos alturas, unidas por una escalera con balaustrada y zócalo de azulejos. El primer piso está formado por huecos para los escaparates con antepechos de hierro, separados por pilastras, que rematadas con capiteles de decoración vegetal, se prolongan en el segundo piso destinado a viviendas.
La galería se desarrolla en dos tramos, enlazados por una rotonda bajo una gran cúpula de cristal, que cobija una escultura que imita el renacentista Mercurio de Juan de Bolonia, como representación del dios del comercio. La rica decoración pictórica y escultórica, con alegorías de las estaciones y el comercio, enmascara la pobreza de los materiales empleados, que ha hecho necesaria la restauración para recuperar su esplendor.
Las cubiertas forman un sistema independiente del resto del pasaje. La estructura de los soportes es de madera salvo en la cubierta de la rotonda central, realizada en hierro y teja de vidrio. Los techos se adornan con buenas pinturas de Salvador Seijas, representando temas mitológicos y alegóricos, y ornamentación de estucos y motivos vegetales.
Por desgracia, el pasaje dejó de funcionar pocos años después de su inauguración y quedó sumido en el abandono.
Fue restaurado a finales de los años 90, de nuevo en 2010 y dotado de una nueva iluminación, que lo han hecho aún más atractivo.
FUENTEs http://www.provinciadevalladolid.com/es/valladolid/cultura-patrimonio/pasaje-gutierrez + http://www.valladolidweb.es/valladolid/imagesmagvall/020.htm