COLEGIO DE SAN GREGORIO (MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA) |
ÉPOCA: Joya de la arquitectura peninsular del siglo XV
ARQUITECTOS: El autor pudo ser Gil de Siloé
HISTORIA
El Colegio de San Gregorio, fue fundado a finales del siglo XV por el dominico Alonso de Burgos, personaje muy vinculado a los Reyes Católicos, como centro de estudios teológicos de la orden dominica, en un momento de reformas espirituales y políticas en todo Europa.
Aquí se formaron los teólogos, místicos, juristas o inquisidores Bartolomé de las Casas, Bartolomé Carranza, Luis de Granada, Melchor Cano o Francisco de Vitoria que fundaron universidades y obispados en América, asesoraron a los reyes en su gobierno y definieron la posición española en el Concilio de Trento. En el Colegio se celebraron debates de gran trascendencia como el que trató acerca de la conveniencia o no de la lectura de las obras de Erasmo en España, o la conocida como Controversia de Valladolid en la que, a petición de Carlos V, se discutió sobre los derechos de los pueblos indígenas de América.
En el siglo XVIII con la llegada de los vientos ilustrados y la oposición de los Borbones al poder ideológico de las instituciones colegiales, el Colegio de San Gregorio fue perdiendo la influencia y el esplendor intelectual de los primeros tiempos.
El siglo XIX marca el final de la institución, con la ocupación de las tropas napoleónicas y la exclaustración de Mendizábal en 1835. Hasta que en 1933 se convierte en sede del Museo, el edificio se siguió utilizando otorgándole los usos más dispares: presidio, Instituto de Bachillerato, Escuela de Derecho, Escuela Normal de maestros o cochera de tranvías. A pesar de ello la construcción no perdió, en lo esencial, su estructura formal.
ARQUITECTURA
El Colegio de San Gregorio fue construido en los años finales del siglo XV y se encuadra dentro de una arquitectura híbrida que caracterizó esas décadas de transición entre dos universos, el medieval y el moderno.
Destaca por encima de todo, el preciosismo de la copiosa ornamentación de su portada, que se presenta, en medio del paramento liso, como un tapiz independiente, en cuyo desvarío decorativo se enredan figuras contemporáneas, santos y pontífices, alegorías, seres grotescos, hombres salvajes, el Árbol de la vida y del saber, y una repetida emblemática del poder.
Encargada por Alonso de Burgos, como el resto del edificio, fue concluida hacia 1499. El autor pudo ser Gil de Siloé, un artista de procedencia nórdica que colaboró en éste y otros proyectos con la familia de los Colonia. Siloé conocía bien la tradición del Atswerk, las arquitecturas vegetales típicas de Centroeuropa.
En el interior, el conjunto ha conservado básicamente su estructura de origen. El acceso se realiza a través del llamado Patio de Estudios, que evoca la sobriedad clásica de un atrio romano. El clímax interior está dominado por el gran patio central de planta cuadrada y dos alturas, cuya riqueza en el trabajo plateresco constituye un tesoro de la arquitectura del periodo de los Reyes Católicos. La escalera que une ambas plantas se desarrolla en amplios tramos y presenta en su caja una abundante decoración que exhibe el gusto ecléctico de un arte de transición, en el que se mezclan la tracería gótica del balaustre, el almohadillado renacentista de los muros y el artesonado mudéjar. A las crujías de ambos pisos se abrían las estancias que servían de refectorio, salón de grados, biblioteca, sala de mapas, sala capitular, celdas de los colegiales y salas para «ejercicios literarios domésticos, a puerta cerrada».
Al Colegio estaba asociada una gran capilla, realizada en 1490 por Juan Guas y Juan de Talavera. A los pies, Simón de Colonia añadió nueve años después una sacristía.
FUENTE http://museoescultura.mcu.es/museo/edificios/colegioDeSanGregorio.html