
En esta ocasión, queremos presentaros el trabajo realizado para el proyecto del Bar Alfonso en Jaén. Un proyecto de reducidas dimensiones pero al que le hemos dedicado toda nuestra ilusión e interés. Desde el momento del encargo, y hasta el día de hoy, seguimos en contacto con el promotor para poder comprobar los aciertos y errores del trabajo realizado.
ANTECEDENTES
Alfonso fue el promotor del proyecto. Había trabajado muchos años en el sector de la hostelería y se decidió a dar el salto para montar su propio negocio. El local a intervenir era de tan sólo 72,54 m2 y el programa de necesidades requerido por Alfonso albergaba una zona de servicio con un pequeño almacén, cocina y barra, con el requisito de estar comunicada con el exterior para dar servicio a la terraza y a una zona de acceso público que constaría de zona de mesas y aseos.
LA PROPUESTA
Dadas las reducidas dimensiones del local se plantea en su interior un espacio continuo en el que se juega con la altura libre mediante techos acústicos para generar dos ambientes. Uno más acotado cercano a la barra y otro de mayor altura para la zona de mesas.

FACHADA EXTERIOR
Como primera imagen del lugar, se creó una celosía de lamas de acero anaranjadas que debía cumplir una doble función: generar una imagen dinámica y fácilmente reconocible, y servir de cierre de seguridad durante las horas en las que el local no permanece abierto. Así, se moduló la celosía móvil para que permitía generar una fachada distinta en función del uso del local.




LA ILUMINACIÓN INTERIOR
Aprovechando los orificios del doble falso techo acústico, se diseñó una iluminación ambiental. También se diseñó una iluminación lineal en el encuentro entre los falsos techos y los paramentos verticales, quedando oculta entre ellos y bañando las paredes blancas. Por último, se dispusieron diversos puntos de luz para que el promotor pudiera controlar en cada momento el tipo de iluminación que quisiera obtener. La iluminación fue instalada con tecnología LED, lo que hizo que toda la iluminación del local no superara los 350W, lo que ha supuesto un gran ahorro energético a largo plazo.


Sin lugar a dudas, este trabajo pudo llegar a ser lo que es gracias a la constante dedicación hacia cada uno de sus detalles, algo que nos apasiona y que nos permite estar orgullosos de nuestro trabajo. También fue indispensable la buena coordinación entre promotor, constructor y técnicos, por lo que no queremos dejar pasar la oportunidad de dar las gracias tanto a Alfonso, por su confianza en Estudio Atope, como a los Hermanos Quesada, por su gran interés en realizar un trabajo de calidad en todo momento.
Esperamos que os haya gustado este pequeño proyecto. Pronto os seguiremos mostrando otros trabajos con la misma ilusión que siempre.