>> Mapa de los horrores urbanísticos #España
A lo largo de estos últimos años, debido a la disconformidad ciudadana y al uso cada vez más generalizado de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, han surgido varios mapas que quieren mostrar el abandono y el desuso de ciertos inmuebles de reciente construcción, así como el despilfarro de dinero público por toda la geografía española. Muchos de estos mapas nacen de iniciativas sociales o políticas, y se realizan de manera individual o de forma colaborativa a través de diversas aplicaciones; como el que se está realizando para la ciudad de Jaén titulado “Jaén en ruinas”.
Todos están elaborados por ciudadanos que opinan sobre el urbanismo y la arquitectura de estos últimos años en España; sobre su producción, su calidad y su idoneidad urbana y social. Porque la arquitectura, pese a la endogamia que encierra nuestra disciplina (como tantas otras), se vive y se utiliza a diario. Y es este uso, su permanente exposición pública y su clara influencia en la gestión de las ciudades, lo que debería impulsarla a dialogar con el resto de profesiones, para hacerla llegar a la ciudadanía ahora que la comunicación es más fluida, más horizontal y menos jerarquizada.
Del análisis de uno estos mapas me surge la duda de cómo vemos las obras de transformación urbana los arquitectos y cómo las percibe el resto de la ciudadanía. En definitiva, cómo nos ve el resto de la sociedad. Y es que, en dicho mapa aparecen elementos (edificios, esculturas, etc) que la mayoría de arquitectos no hubiera incluido en una lista de horrores urbanísticos y que no se sabe muy bien a qué criterio responden.
Al igual que en otras disciplinas, es cierto que llegado determinado punto del debate son necesarios conocimientos más profundos y estudios específicos del tema a tratar. Pero no hay que olvidar lo mencionado anteriormente, que la arquitectura se utiliza a diario, forma parte de nuestra vida, de la cotidianidad de nuestro día a día, individual (casa) y colectiva (recorridos, trabajo, ocio, paisaje urbano, memoria común,…). Todo el mundo tiene claro cómo sería su vivienda ideal, cómo habitarla según sus necesidades; y a otra escala, algo parecido pasa también con los equipamientos públicos (tanto funcional como emocionalmente). Para abrir las miradas hacia una arquitectura que se inserte en las ciudades con un lenguaje contemporáneo, sigue siendo necesario que exista una comunicación más clara y directa con los ciudadanos.
Actualmente, en la ciudad de Granada se debate acerca de la idoneidad del nuevo acceso a la Alhambra: el proyecto Puerta Nueva de Álvaro Siza y Juan Domingo Santos. Y para acercar el proyecto a la ciudadanía, hace unos días se inauguraba en el Museo del Palacio de Carlos V una exposición sobre el mismo: ‘Visiones de la Alhambra/Álvaro Siza’. Así se promueve un debate necesario (en un momento ideal por el punto en el que se encuentra) porque es un proyecto de ciudad, que afecta a Granada y a los granadinos, y que debido a su emplazamiento sobrepasa sus fronteras.
En éste, como en muchos otros proyectos, vale la pena detenerse. Comprobar las necesidades que a día de hoy posee el monumento y cómo las cubre la intervención propuesta por Siza y Santos. No quedarse sólo en formas, volúmenes y apariencias, porque la arquitectura parte de un programa (deseos y necesidades) que se elabora, se modifica y se ejecuta hasta el detalle. Una arquitectura que suele estar llena de relaciones invisibles que juegan con los recorridos, que dialogan con el entorno, que incluyen preexistencias y referencias que se enhebran con un lenguaje contemporáneo hasta articular el conjunto del proyecto. Y esto a veces se hace con una genialidad tal que llega a resultar incluso mágico, y es por esta sensación descubierta, que deberíamos ser capaces de contarla.
* Mientras se redactaba este post, también ha surgido un reto: realizar un mapa colaborativo mostrando la buena arquitectura. Te animo a participar. Pincha aquí.
María Toro Martínez [Estudio Atope]