>> Sobre el Paisaje Urbano Histórico

Para comenzar este post, empezaremos explicando qué es el Paisaje Urbano Histórico (P.U.H.) según la Unesco:

«Considerando que los conjuntos históricos urbanos están entre las manifestaciones más abundantes y diversas de nuestro patrimonio cultural común, que se ha forjado generación tras generación y constituye un testimonio crucial del quehacer y las aspiraciones del género humano a través del tiempo y el espacio; reconociendo el carácter dinámico de las ciudades vivas; observando, sin embargo, que el desarrollo rápido y a menudo incontrolado está trasformando las zonas urbanas y sus entornos, lo que puede fragmentar y deteriorar el patrimonio urbano afectando profundamente los valores comunitarios en todo el mundo; se entiende por paisaje urbano histórico la zona urbana resultante de una estratificación histórica de valores y atributos culturales y naturales, lo que trasciende la noción de “conjunto” o “centro histórico» para abarcar el contexto urbano general y su entorno geográfico.  Este contexto general incluye otros rasgos del sitio, principalmente su topografía, geomorfología, hidrología y características naturales; su medio urbanizado, tanto histórico como contemporáneo; sus infraestructuras, tanto superficiales como subterráneas; sus espacios abiertos y jardines, la configuración de los usos del suelo y su organización espacial; las percepciones y relaciones visuales; y todos los demás elementos de la estructura urbana. También incluye los usos y valores sociales y culturales, los procesos económicos y los aspectos inmateriales del patrimonio en su relación con la diversidad y la identidad.»

El artículo de esta semana nace de esta imagen, que nos ha vuelto a llegar a través de las redes sociales:

2014.08.10 DesvándeJulio

A través de nuestro compañero Víctor Gonvera, descubríamos hace un tiempo cómo la estética de ciertas actividades comerciales imprimía identidad a las ciudades en donde se encontraban, y cómo la  «imagen del paisaje urbano que cada ciudadano percibe incluye tanto al medio físico en que desarrolla su actividad diaria como a los encuentros, relaciones y situaciones que tienen lugar en él». Actualmente no existen unos criterios claros sobre el reconocimiento del Paisaje Urbano Histórico por parte de nuestras administraciones, pese a la definición y a las recomendaciones de la Unesco; menos aún unas pautas claras para su conservación, protección y puesta en valor.

El Paisaje Urbano Histórico nace de la memoria ciudadana, del imaginario colectivo que engloba las imágenes que cada uno elaboramos de las ciudades en las que vivimos, trabajamos o visitamos; y que a su vez compartimos con el resto de ciudadanos. Es importante no confundir un P.U.H. con imágenes costumbristas nacidas del gusto por lo antiguo, que no harían más que tematizar los conjuntos históricos y obviar que son , en esencia, centros de la ciudad, del conocimiento y del tiempo (concebido éste en el sentido de valor de historia [1], es decir, de sumar tiempo al pasado).  Es fundamental impulsar la transmisión generacional del patrimonio dando vida a lo antiguo a través de lo nuevo (lo nuevo confiere existencia a lo antiguo), y conseguir dos objetivos para nosotros fundamentales:

no destruir nuestro patrimonio en lo que se refiere al Paisaje Urbano Histórico, estableciendo unas leyes y una normativa para su conservación, protección y difusión.

evitar reproducir falsos estilos pasados que no atienden a las nuevas necesidades, condiciones y usos de la ciudad, mientras que sí lo hacen para generar espacios urbanos como productos atractivos para el turista y el inversor. De esta manera, se niega la suma de tiempo al pasado congelando la historia [2]. Manuel Delgado lo resume de la siguiente manera en este artículo: “Cuando un centro urbano es intervenido y tematizado lo que se produce es la expulsión de él de la historia, es decir, de la vida real, con sus contradicciones, miserias y conflictos. Y así lo que obtenemos es que un centro histórico único es idéntico a otro centro histórico único”.

En algunas ciudades, ya podemos encontrar algunos ejemplos de cómo se está elaborando un catálogo de comercios emblemáticos para la ciudad con el objetivo de proteger tanto las fachadas, como el interior y, en la medida de lo posible, la propia actividad:

>> Barcelona protegerá y promocionará sus comercios emblemáticos

>> Fachadas protegidas en Madrid que ya no existen

Aprendamos de sus aciertos y de sus errores y traslademos este tipo de experiencias a nuestra ciudad, seamos propositivos. Una ciudad que nos da claves para reconocerla y que nos enseña  que ha sido una sociedad autogestionada la que, a lo largo del tiempo, ha ido tejiendo y destejiendo tanto sus acuerdos como sus luchas [3].

2014.08.10 JaénDondeResido

Teatro Cervantes en La Carrera (actual Bernabé Soriano).  Fuente: jaendonderesido.blogspot.com.es

[1]– “El valor histórico es todo lo que ha existido y ya no existe, constituyendo un eslabón de la cadena evolutiva: todo está condicionado por lo anterior y no habría podido tener lugar como ha sucedido si no le hubiese precedido aquel eslabón anterior”. ARJONES FERNÁNDEZ, A. (2007) Alois Riegl: el culto moderno de los monumentos, su carácter y sus orígenes. Sevilla: Consejería de Cultura, Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.

[2]– La Ciudad Viva (2013) I Encuentro sobre Arquitectura, Vivienda y Ciudad en Andalucía y América Latina. Hacia Cádiz 2012. Consultada en diciembre de 2013, en http://www.laciudadviva.org/

[3]- DELGADO, M.: De lo incalculable de las ciudades. Resumen del I Congreso Nacional Arquitaxi, pág. 59. Arquitaxi, Granada, 2007

 

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